¿Quien abolio la ley salica en España?

¿Quien abolio la ley salica en españa

La sucesión es siempre un tema importante para cualquier monarquía. Pero los criterios para establecer quién es el heredero al trono no suelen ser igualitarios». En España, según la Constitución Española de 1978, una mujer no puede heredar un título si tiene hermanos vivos. Esta regla lleva en vigor muchos años y Felipe V la hizo ley en el siglo XVIII.

La idea de los salios

La ley sálica impedía que las mujeres gobernaran en Francia. Esto se debe a que su origen data de mucho tiempo atrás, en el siglo IV d.C. durante el período de los francos salios cuando crearon un código que regulaba diferentes temas, incluida la sucesión monárquica. Para un pueblo que es guerrero por naturaleza, es mejor que el hijo de su rey ocupe su lugar en lugar de su hija.

Durante la Edad Media, esto nunca se planteó como un problema ya que los reyes de la dinastía de los Capetos siempre habían tenido hijos. La situación cambió en 1316 tras la muerte de Luis X. ¿Quién podría heredar? se sospechaba que la hija heredó su título de una relación extramatrimonial. El único heredero varón restante sería un hijo póstumo del rey, nacido de su segundo matrimonio. Juan I murió al poco de nacer, dejando a Felipe V para heredar el trono

El rey Felipe V fue proclamado en el palacio de Versalles de Francia el 16 de noviembre de 1700.

Dominio público

En el siglo XVI, comenzó un nuevo levantamiento en la línea de sucesión real. Tras la muerte de Enrique III sin hijos, le sucedió su primo Enrique de Navarra como Enrique IV. Felipe II, rey de España, a diferencia del derecho sálico francés que había fallecido con la dinastía Valois por parte de su padre (Felipe I), dirigió entonces su atención a su hija Isabel Clara Eugenia que afortunadamente se diferenciaba de él por linaje materno y pensamiento. . Esta táctica finalmente tuvo éxito después de una abundante.

La “Pragmática”

En Francia, el derecho sálico pasó a España en 1713. Monarca de origen galo, Felipe V se lo transmitió. No es exacto llamar a esa regulación de sucesión «sálica» porque se permitía reinar a las mujeres. Técnicamente, lo que ha dicho es cierto. Pero esto sólo se aplica al improbable caso de que la línea principal de herederos (hijos) o los herederos laterales (hermanos y sobrinos) se extingan.

Sin embargo, en 1789 el rey Carlos IV de Castilla aprobó la ley de Pragmática Sancionadora. Luego se preocupó por su familia porque solo tenía dos hijos. La ley volvió a colocar al catolicismo como religión principal y puso a su hijo en el trono después de él. Las hijas tenían cuatro. El soberano quería que, en caso de muerte del primero, la Corona pasara a la descendiente femenina de mayor edad.

Fernando VII se casó con María Cristina de Borbón de una familia de mujeres conocidas por su fertilidad.

Fue anunciado por la ley, pero no lo suficiente como para ser aprobado, por lo que permaneció en secreto. Con la Revolución Francesa avecinándose en Europa, España se negó a que entrara en vigor este cambio de ley. No estaban dispuestos a airearlo.

Abolir ley salica en españa

La prisa del rey

Las bombas de detonación retardada eventualmente explotan. Sería en el siglo siguiente, con Fernando VII. Tras la muerte de su tercera esposa, María Amalia de Sajonia, en 1829, el rey se apresuró a casarse. No tuvo descendencia y, dado el deterioro de su salud, supuso que no le quedaban muchos años de vida. Sin embargo, después de que su sobrino lo sucedió en el trono en 2015, quedó muy claro que la verdadera sucesión estaría más adelante de lo que él podría haber anticipado.

Entre los posibles candidatos, el rey eligió a su sobrina de la rama napolitana de los Borbones. Maria Christina de Bourbon era de una familia de mujeres muy fértiles, y esa fue su mejor carta de presentación. Se entendía que el matrimonio se había basado en la conveniencia. Aún así, el rey envió una carta cursi a la novia antes de consumarla.

Su padre, Fernando VII, derogó la ley sálica para que ella pudiera reinar. Su hija, Isabel II de niña.

Dominio público

Parece que aspiraba a alcanzar el colmo del romanticismo cuando escribió: «Todavía no te conozco, ya te quiero mucho», o «Todo el día no pienso en nada más que en mi amada Cristina». Ella también le correspondió con el mismo estilo: «¡Ay, cómo me late el corazón cuando te veo!».

La nueva reina pronto cumplió su misión y dio a luz a una niña, la futura Isabel II. Esta noticia se supo rápidamente; Fernando VII estaba ansioso por dar a conocer la disposición de 1789, que hasta ese momento había permanecido olvidada. Como futuro padre, quería que la niña fuera su hija.

Los partidarios de Carlos estaban muy decepcionados con el cambio de Juan y dijeron que era inconstitucional. Señalaron la Pragmática Sanción que creían que no había surtido efecto porque el rey no obtuvo la aprobación de las Cortes.

Estira y afloja

Con el emperador debilitándose, todos estaban ocupados tratando de influir en él. Tres mujeres fueron un actor importante en esta lucha por el poder. Por parte de don Carlos estaban su esposa, María Francisca de Asís, y su cuñada, María Teresa, princesa de Beira. Tras la muerte de su hermana se casaría con el infante español.

La Reina pudo contar con el apoyo de su hermana, la Infanta Luisa Carlota (nuera de la Reina), esposa de Francisco de Paula, que era hermano menor de Fernando VII y de don Carlos. El rey se echó atrás debido a una enfermedad durante los Farm Events de 1832, pero sus partidarios lo presionaron para que hiciera concesiones.

Carlos María Isidro, primer reclamante del trono por los carlistas.

El ministro Calomarde y el embajador de Nápoles dijeron a María Cristina que el ejército no la apoyaría como regente en cuanto muriera el monarca. Por eso tuvo que elegir entre defender los derechos de su hija Isabel al trono o iniciar una guerra civil. La reina, temiendo esto, hizo que Fernando VII reinstaurara la ley sálica.

Las maniobras no estaban allí. Contra todo pronóstico, el monarca recuperó la salud. No pasó mucho tiempo antes de que restableciera a la pequeña Isabel como heredera y destituyera a sus ministros de simpatía carlista. Sin embargo, murió al año siguiente.

Isabel II tenía solo 3 años cuando su madre se convirtió en regente, un momento de la historia que tendía a ser menos estable. Ante esta situación, la provocada por la minoría de edad de la Reina se multiplicó por la reacción de su tío Carlos; estaba convencido de que tenía derecho a ser rey y fomentó un levantamiento para defender sus derechos dinásticos. Una guerra ocurrió de inmediato.

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